Suelo tener varias lecturas simultáneas dando vueltas. Recién terminé Terrestre de Cristina Rivera Garza y me gustó mucho. Estoy terminando uno sobre viajes a Yemen que se llama The Camel’s Neighbor. Es no ficción y tiene un montón de información súper interesante. Y hace poco leí Libre: El desafío de crecer en el fin de la historia de Lea Ypi y es una de mis lecturas favoritas de este año. También es no ficción sobre una chica creciendo en Albania cuando cae el bloque comunista. La prosa es simple pero maravillosa y las reflexiones de la autora son súper lúcidas y te dejan pensando. ¿Vos, César?
Leo varios libros al mismo tiempo como tú, aunque en mi caso suelo moverme por mis intereses y obsesiones en el momento.
Por ejemplo, leí Desertores, de Paula Ramos, una periodista cubano-mexicana. En ese momento me interesaba entender por qué los latinos votaron por Trump y quería conocer su postura siendo residente de Estados Unidos.
También acabo de terminar The Creative Act: A Way of Being, de Rick Rubin. Lo leí no tanto para entenderme a mí, sino para comprender mejor a los artistas y por qué nos cuesta tanto trabajo vender nuestro producto y hacernos marca personal.
Cuando descubrí que era neurodivergente, me obsesioné con el tema y me clavé con varios libros sobre eso.
Ahora que estoy en el proceso de autopublicar mi libro en 2026 una colección de 20 escritos sobre amor y desamor, me puse a revisar el trabajo de otros escritores que se presentan con sus propios textos en un escenario.
También estoy reforzando todo lo que sé sobre branding y marketing, con autores como Seth Godin y otros, no solo para aplicarlo en mi proyecto, sino para poder ayudar a otros artistas que atraviesan o van a atravesar lo mismo.
Y justo ahora que voy a Mérida y Cancún, llevo en la maleta el libro de una autora que no sé si es argentina o española, pero que escribe sobre su vida en Nueva York, creo que en los años 80 o 90. También quiero retomar Careless, el libro de una ex empleada de Facebook que dejé a medias porque me distraje.
Busco autores como José Emilio Pacheco porque me interesa cómo narra su vida diaria, su situación amorosa, su proceso creativo y su visión de la época en la que vivieron.
Eso es justo lo que quiero integrar en mi newsletter: una mezcla de viajes, vida cotidiana, emociones personales, vida amorosa y reflexiones sobre lo que implica emprender siendo artista, hoy.
Desde ahí quiero partir, para ser referente para nuevas generaciones.
Porque vivimos en un mundo contemporáneo lleno de contradicciones y posturas obsoletas que nos lanzan entre el pasado, el presente y el futuro sin un rumbo claro.
Y por eso creo que esta es una gran oportunidad para los escritores.
Porque somos un movimiento que puede y debe impactar con estas nuevas herramientas digitales.
Porque somos memoria y reflejo de la sociedad, en esta época que nos tocó vivir y que estamos contando.
¿Cuáles libros estás leyendo este verano?
Suelo tener varias lecturas simultáneas dando vueltas. Recién terminé Terrestre de Cristina Rivera Garza y me gustó mucho. Estoy terminando uno sobre viajes a Yemen que se llama The Camel’s Neighbor. Es no ficción y tiene un montón de información súper interesante. Y hace poco leí Libre: El desafío de crecer en el fin de la historia de Lea Ypi y es una de mis lecturas favoritas de este año. También es no ficción sobre una chica creciendo en Albania cuando cae el bloque comunista. La prosa es simple pero maravillosa y las reflexiones de la autora son súper lúcidas y te dejan pensando. ¿Vos, César?
Leo varios libros al mismo tiempo como tú, aunque en mi caso suelo moverme por mis intereses y obsesiones en el momento.
Por ejemplo, leí Desertores, de Paula Ramos, una periodista cubano-mexicana. En ese momento me interesaba entender por qué los latinos votaron por Trump y quería conocer su postura siendo residente de Estados Unidos.
También acabo de terminar The Creative Act: A Way of Being, de Rick Rubin. Lo leí no tanto para entenderme a mí, sino para comprender mejor a los artistas y por qué nos cuesta tanto trabajo vender nuestro producto y hacernos marca personal.
Cuando descubrí que era neurodivergente, me obsesioné con el tema y me clavé con varios libros sobre eso.
Ahora que estoy en el proceso de autopublicar mi libro en 2026 una colección de 20 escritos sobre amor y desamor, me puse a revisar el trabajo de otros escritores que se presentan con sus propios textos en un escenario.
También estoy reforzando todo lo que sé sobre branding y marketing, con autores como Seth Godin y otros, no solo para aplicarlo en mi proyecto, sino para poder ayudar a otros artistas que atraviesan o van a atravesar lo mismo.
Y justo ahora que voy a Mérida y Cancún, llevo en la maleta el libro de una autora que no sé si es argentina o española, pero que escribe sobre su vida en Nueva York, creo que en los años 80 o 90. También quiero retomar Careless, el libro de una ex empleada de Facebook que dejé a medias porque me distraje.
Busco autores como José Emilio Pacheco porque me interesa cómo narra su vida diaria, su situación amorosa, su proceso creativo y su visión de la época en la que vivieron.
Eso es justo lo que quiero integrar en mi newsletter: una mezcla de viajes, vida cotidiana, emociones personales, vida amorosa y reflexiones sobre lo que implica emprender siendo artista, hoy.
Desde ahí quiero partir, para ser referente para nuevas generaciones.
Porque vivimos en un mundo contemporáneo lleno de contradicciones y posturas obsoletas que nos lanzan entre el pasado, el presente y el futuro sin un rumbo claro.
Y por eso creo que esta es una gran oportunidad para los escritores.
Porque somos un movimiento que puede y debe impactar con estas nuevas herramientas digitales.
Porque somos memoria y reflejo de la sociedad, en esta época que nos tocó vivir y que estamos contando.